viernes, 22 de mayo de 2009

Educar para la Felicidad

No podemos permitirnos una vez más la formación de una generación de jóvenes descreídos, sin ideales, apáticos, encerrados en su círculo. No podemos permitirnos educar jóvenes para sociedades autárquicas. Hay lugares en el mundo donde existen niños que jamás han visto un computador, ni un teléfono, que no tienen alcantarillado y que son el sostén familiar a los 10 años. Esta situación también es nuestro problema

Pero más allá de esto; más allá de formar personas integrales, cultas, informadas y participativas, el fin de la Educación debe ser la "Felicidad del Ser Humano", y nos equivocamos al inculcar que ésta se obtiene con logros profesionales que conllevan logros materiales. Esto no deja de ser importante. Por cierto, el desarrollo de nuestras capacidades y el ansia de superación es el motor que le ha permitido al ser humano dominar la naturaleza. Sin embargo, hemos olvidado lo más importante, el fin ultimo de esto, el ¿para qué?

La Educación debe ser el medio mediante el cual despertamos la "Humanidad" en nuestros niños, y ya no va a importar si será un médico o un obrero, si hemos conseguido que este niño al transformarse en hombre, haya logrado crear un rico mundo interior, que sea capaz de sentir las cosas, una melodía, un atardecer, el llanto de su hijo, los problemas de su vecino, la brisa de un día de invierno, que se haya transformado en un “buen hombre o una buena mujer”. Si hemos formado seres humanos felices y satisfechos de lo que son, entonces habremos logrado caratularnos con el rótulo que tan gratuitamente obtenemos ahora de Maestros.

Nuestro país esta en ciernes al respecto. Siempre los sectores más anquilosados de la sociedad se rehúsan a los cambios estructurales, por eso la reforma no esta siendo entendida como debe ser. La reforma actual es mucho más que un cambio curricular y los primeros que deberíamos cambiar el ship somos nosotros los profesores. Revisarnos nosotros mismos por dentro, el sentido de por qué somos lo que somos y si estamos satisfechos con ello.

Educar para la felicidad y el desarrollo espiritual, solo así lograremos formar personas exitosas y no exitistas. Lo demás viene por añadidura, la solidaridad, el respeto por la vida, la tolerancia, la paz, la comunicación.
El desarrollo de un país no lo da su PIB per capita y a los que así piensan, les digo humildemente que están equivocados. El desarrollo de un país esta dado por la calidad de su gente y la igualdad de oportunidades y si todos nos planteamos este objetivo de “Educar para la Felicidad” llegará un momento en que con alegre incredulidad veremos como bajan los índices de violencia, de pobreza, de discriminación.

Y cuando digo todos me refiero no solo a los profesores sino a los médicos de las grandes clínicas y a los de postas rurales, a los ingenieros, los obreros de la construcción y a los artesanos, las nanas, la señora que recoge moras en el campo, los mineros, las dueñas de casas, los estudiantes. Todos llevamos dentro nuestro potenciales Maestros, solo debemos reparar en ello y entregar con amor el fruto de nuestras capacidades

Autor: Cecilia Quinteros

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Atreverse

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La sonrisa de un niño es el nectar cotidiano de la vida.

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Nuevas son las demandas de una sociedad en crisis, por lo tanto debemos tener un espacio de reflexion, a todos aquellos que quieran apropiarse del mismo, abriendo de esta forma un nuevo horizonte que nos permita discutir, acordar, reflexionar, construir, una sociedad distinta acorde a los tiempos actuales, uds. han entrado en el lugar correcto. Libre de ideologías, libres de Dogmas, solo asi se podra costruir otras miradas con la unica finalidad de comprendernos como seres humanos.

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